Piensas que tú enfermedad no ha servido para nada. Si crees que no hay oportunidades para cambiar y mejorar
Si tienes una visión de la vida negativa y pesimista.
Si no quieres responsabilizarte de tu propio proceso de cambio y quieres que alguien te diga lo que tienes que hacer y que te solucione la vida.
Si no te atreves a hacer cosas diferentes y salir de tu zona de confort, aunque te de miedo.
Si no estás dispuesto a trabajar y dedicar tu tiempo para conocerte y realizar los ejercicios propuestos.
Si buscas fórmulas mágicas o recetas fáciles para aplicar en poco tiempo y sin apenas esfuerzo.
Si tienes poca paciencia y quieres ver resultados de la noche a la mañana.
Si no te comprometes con tu propio proceso de crecimiento y no confías en el proceso de coaching.